El botánico Isidoro Sánchez Vega falleció hace unos días en Lima. Su labor fue destacada en la UDEP al promover y dirigir el Herbario Piurense.
Por Tania Elías. 17 agosto, 2015.Desde el 2002, la Universidad de Piura cuenta con un herbario. Su organización fue posible gracias al empuje y dedicación del científico Isidoro Sánchez, un botánico que para ese inicio donó más de 500 copias de sus colectas de la flora de Cajamarca, Ayabaca, Huancabamba y La Libertad.
El doctor Antonio Mabres Torrelló describe a Sánchez Vega como una eminencia en botánica. “Es quizás el mejor conocedor de la flora de la región Norte del Perú”, precisa. Lo recuerda como “un hombre muy bueno que nos tenía un gran aprecio. Aceptó ser el director de nuestro incipiente herbario y nos hizo llegar muchas muestras”. Además, colaboró con otros proyectos de la UDEP, como el Programa Chalaco.
La ingeniera Nora Grados Quezada, quien trabajó de forma directa con el botánico, señala que fue un gran maestro, hombre sencillo y correcto. “Dio su vida por la ciencia; amaba hacer colectas de plantas gramíneas recorriendo lugares recónditos; era incansable”, expresa.
A las 500 muestras que donó para iniciar el centro, se sumaron las que colectó posteriormente, en su labor en el bosque de Mijal y en el distrito de Chalaco. Actualmente, un aproximado de 2500 muestras se conservan en el Herbario Piurense.
“Se dio el tiempo para enseñarnos a colectar las plantas en el campo, cómo transportarlas durante el trayecto que demoran en llegar al herbario, cómo tratarlas para su conservación, montarlas en cartulinas y generar las fichas de identificación, etc. Nos enseñó cada detalle”, expresa la ingeniera. “Siempre le estaré agradecida por todo lo que nos enseñó, con una generosidad desbordante”, agrega.
Investigación
Nora Grados Quezada explica que comenzó a trabajar con Isidoro Sánchez en el 2002, contribuyendo a la investigación de tesis de 3 estudiantes de pregrado holandesas, en el estudio de la flora del distrito de Chalaco. Luego, entre el 2003 y el 2006, en el marco del Programa Chalaco, realizaron el inventario de flora del bosque de Mijal, entre los 2600 y 3400 msnm, en una extensión aproximada de 600 a 800 has. En el mundo científico, la zona es considerada como un área de biodiversidad excepcional.
Los resultados de esa labor se reflejaron en el “Estudio ambiental y florístico preliminar del bosque relicto de neblina denominado Mijal”. El trabajo se realizó con el objetivo de ampliar el conocimiento florístico y ecológico de los bosques montanos de neblina residuales y proporcionar información con fines de conservación. Abarcó a las especies que conformaban el bosque (árboles, arbustos y hierbas).
En el desarrollo, según consta en el trabajo, hubo un gran acercamiento con la población, lo que permitió identificar que “el bosque constituye un recurso natural de interés social”, ya que según testimonio de los campesinos que habitaban el lugar, podían disponer de plantas para leña, uso medicinal y maderables. La investigación permitió registrar 76 familias pertenecientes a las divisiones Pteridophyta y Angiospermae, 150 géneros y 216 especies.
El botánico Isidoro Sánchez Vega era profesor emérito de la Universidad Nacional de Cajamarca. Hasta hace poco trabajó en ese centro, en el herbario que dirigió por años y ahora lleva su nombre.
La Comunidad Botánica Internacional ha reconocido más de 50 especies nuevas de plantas con flor, halladas por el reconocido científico en su labor por Piura, Amazonas, Cajamarca, La Libertad, Lambayeque y San Martín.